SALMÓN, EL PESCADO AHUMADO
POR ANTONOMASIA.
Una fuente de sabor y valores nutricionales.
El salmón ahumado, es actualmente uno de los alimentos más empleados en las cocinas de todo el mundo. Perfecto en cualquier época del año, ha ido ganando protagonismo en la gastronomía no solo por su inconfundible sabor sino también, por su versatilidad y su alto valor nutritivo.
Es uno de los alimentos más recomendados por especialistas por ser fuente natural de proteínas – 25 g por cada 100 g de producto- y, de cara al verano, se convierte en un imprescindible de nuestra dieta.
Ligero, fresco, bajo en grasa, no necesita preparación y se puede combinar con infinidad de ingredientes.
NUTRICIONALMENTE, UN PORTENTO.
Un alimento que no entiende de edades.
El salmón ahumado es un producto delicioso, fácil de preparar y consumir, que por su sabor y su versatilidad se encuentra presente en el menú de la mayoría de hogares durante todo el año.
Se trata de un alimento que contribuye a la Salud Alimentaria, pues aporta a nuestra dieta un importante conjunto de nutrientes. Tan solo 100 gramos de salmón ahumado aportan más del 30 % de la ingesta diaria recomendada de proteína con presencia de aminoácidos esenciales. Su perfil lipídico es excepcional, pues es rico en ácidos grasos omega-3 de cadena larga (EPA+DHA). Ofrece también un significativo contenido de vitaminas como las del grupo A, B, D y E, así como de minerales como el sodio, potasio, fósforo, selenio y magnesio.
El consumo de salmón ahumado ayuda al mantenimiento de la funcionalidad muscular y articular, al sistema inmunitario y nervioso, a la función metabólica, a la recuperación tras el ejercicio, al desarrollo cognitivo… Además de estos beneficios, su consumo protege y refuerza el sistema circulatorio, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardíacas, así como la aterosclerosis, hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, sobrepeso e incluso la obesidad.